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martes, 13 de agosto de 2013

Una Pequeña Luciernaga


Una pequeña luciérnaga se sintió un día deprimida y acosa por la duda. Inmediatamente se dirigió al sabio de su grupo a que le aclarara algo.

El sabio la recibió con una sonrisa. Ya era bien anciano y pronto se iría, pero igual parecía joven todavía. La pequeña luciérnaga entró en su sitio y empezó a hablar:


- Sabio, lo que preocupa es que en el día me siento feliz, pero en la noche, no siempre: cuando mi luz se prende, me siento alegre, pero cuando se apaga, me siento asustada. ¿Cómo soluciono esto?
El sabio la miró con ojos que parecían haber visto todo en la vida y dijo de forma profunda:

- Disfruta la luz. Disfrútala de tal forma que cuando venga la oscuridad, los recuerdos de la luz no te permitan perder lo que lograste. Esto significa que en el día y cada vez que tu lucecita se prenda, más que quedarte alegre, entrégate al dulce sentimiento de estar viva. Especialmente en la noche, pequeña, cuando la luz se prenda, recuerda: YO SOY LUZ.

“Vive, sueña, sonríe, sé feliz, disfruta tu vida y vive al momento

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